¿El marketing nos crea necesidades?

¿Alguna vez has escuchado la frase “el marketing nos crea necesidades”? Seguramente sí, o alguna similar. 

Sería muy cómodo decir que sí, que somos seres totalmente manipulables y nuestra voluntad va más allá de nosotros mismos, pero nada más lejos de la realidad. 

Ni los deseos ni las necesidades se generan de la nada. ¿Has oído hablar de la pirámide de Maslow? En ella se explica, de manera escalonada, qué tipo de necesidades tenemos los seres humanos, cómo las clasificamos y qué maneras hay de satisfacer cada una de ellas. 

Muchas veces, acompañando a “el marketing nos crea necesidades”, también podemos escuchar “si no fuese así, por qué te compras las deportivas de X marca”. Pues bien, a la hora de escoger unos zapatos, nuestra necesidad es clara: no ir descalzos. Sin embargo, para cubrirla, surgirán en nuestra mente numerosos condicionantes, entre los que se encuentra el deseo. Este último se ve influenciado por nuestras características personales, pero también está profundamente marcado por nuestro contexto. ¿Dónde vivimos? ¿Con quién? ¿Cómo? ¿Cuánto ganamos? ¿A qué dedicamos nuestro tiempo libre?

Las respuestas a estas preguntas serán las que marquen la diferencia en el proceso de decisión de cada comprador. Mientras que en la primera premisa todos estamos de acuerdo: no quiero ir descalzo → me compro unos zapatos. En esta segunda, comienzan a influir nuestros deseos: “quiero estos zapatos porque están de moda” (autoestima), “quiero estos zapatos porque parte de los beneficios va destinada a la financiación de proyectos benéficos” (autorrealización), “quiero estos zapatos por su relación calidad/precio” (seguridad). 

Son estos procesos mentales los que encaminan nuestros procesos de compra. Estímulos que forman parte de la vida personal que, a su vez, se encuentra profundamente influenciada por la sociedad en la que vivimos.

En definitiva, sí, existen fuerzas externas que influencian nuestra vida y decisiones, y sí, el marketing se encarga de analizarlas para tratar de conectar con nosotros, pero sin crear necesidades ni manipularnos. Las empresas envían el estímulo, pero son nuestros propios condicionantes sociales los que hacen de nuestra capacidad de decisión una característica voluble. 

Está en nuestra mano controlar nuestra necesidad de encajar, destacar o ayudar, y es importante analizar los motivos que nos guían en cada decisión de compra para ser, entre otras cosas, consumidores responsables. Si crees que el marketing es un ente capaz de manipular tu cerebro y crearte necesidades, haz un pequeño ejercicio de introspección, ¿qué quiero y por qué lo elijo? 

¿Qué opinas? ¿las crea? Tómate un segundo para pensar. 



Paula García
Paula García

Paula

Social Media Manager

Considero que nuestro mayor competidor somos nosotros mismos, así que intento mantenerme en constante evolución y aprendizaje. Si un día no hay al menos una cosa que te resulte curiosa, no lo has invertido bien.

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"Si quieres cambiar algo, cambia tú"

- Kase O