¿Cómo mentir o cómo decir la verdad?
Alguna vez se han preguntado si lo que ven en comerciales, anuncios de revistas, vallas publicitarias u otras piezas gráficas relacionadas con la publicidad ¿es verdadero?
Para poder contestar esta pregunta primero les platicaré la raíz de la misma. Resulta que nuestra sociedad basa la comunicación en un sistema de fonética y gramática, ejemplo de ello son las palabras. Nos han enseñado a identificar las mentiras con base en las palabras, incluso nosotros mismos aprendemos desde la niñez a reconocer cuando alguien nos está diciendo la verdad o nos está mintiendo, ya sea por el tono, el ritmo o el volumen.
¿Pero qué pasa con nuestro alfabetismo visual? ¿Lo tendremos igual de desarrollado? La respuesta más común es “no”. De esta manera cuando una pieza gráfica es formada a partir de un enunciado ingenioso por no decir “mañosillo” nos resulta muy complicado saber si es real o es mentira o si nos están comunicando algo verdadero o algo falso.
Esto pasa porque las mentiras en las palabras (meramente textual) están controladas por la ley, ya sea por difamación o por fraude. Pero… las mentiras visuales no tienen normas que las rijan, por eso podemos ver el famoso “photoshop” en personas, productos, objetos etc.
Y el simbolismo visual suele ser tan sutil que normalmente no nos damos cuenta que nos están manipulando.
Los humanos somos increíblemente buenos para reconocer patrones: nuestro cerebro procesa lo que observamos y desecha lo menos importante incluso antes de darnos cuenta. Para demostrar esto hagamos un ejercicio rápido. Pon tu cel a la altura de tu hombro, con la cámara activada inicia una grabación y camina 20 pasitos. Después compararás lo que viste con lo que grabó tu celular y te darás cuenta que no te diste cuenta.
Pero la publicidad sí se dio cuenta de algunos pequeños detalle. Como ya lo mencionamos; nuestra mente elimina lo menos importante pero se queda con lo que le resulta interesante, atractivo o importante y que nuestra visión periférica es capaz de captar muchos mensajes mientras viajamos por la calle o navegando por internet. Los famosos banners, las ventanas emergentes, espectaculares, posters, etc.
Por eso es que muchas veces reconoces cosas que ni siquiera consumes, o de pronto tienes antojo de algo, o tienes ganas de ir al cine…
Estas sobreexposiciones visuales diseñadas para manipular la decisión en los consumidores de manera engañosa y muy creativa, es lo que nos tiene aquí.
¿Cómo mentir o cómo decir la verdad?
Siempre habrá una solución ética y creativa que nos ayudará a dar los resultados deseados para todas las partes involucradas. Es mejor decir verdades contundentes que mentiras piadosas ya que el cliente o consumidor al pasar el tiempo se dará cuenta que no se le da netamente lo ofrecido y optará por no seguir consumiendo.
“Un buen diseño es una respuesta estratégica, sustentable y ética a un problema de negocios”
- David B. Berman.
Sí, tendremos que pensar más, pero eso mismo nos obligará a resolver con mayor innovación los problemas presentes. El diseño crea cultura, por ende el diseño es responsable del futuro.
No aprendamos a mentir, aprendamos a decir la verdad de la manera más creativa posible.
Fuentes:
Haz el bien diseñando: cómo el diseño puede cambiar al mundo (1o edición). (2009). [Versión impresa]. Oscar Salinas Flores y Ana María Losada Alfaro.
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