Naming, ¿Qué es y para qué sirve?

Seguramente habrás escuchado hablar de él, pero, ¿qué es y para qué sirve? No te preocupes, aquí te contaremos todo lo que necesitas saber acerca del tema.

Naming es un anglicismo cuya traducción literal es “nombrando”, pero podríamos definirlo como “nombramiento”. Así que no te asustes, sólo es la acción de nombrar o encontrarle nombre a tu marca, producto o servicio. 

También es el primer acercamiento con el cliente, por lo que es indispensable que encuentres un nombre breve, memorable y que defina o transmita la filosofía y/o valores de tu marca. Por eso te daremos algunos consejos que te ayudarán a conseguir un Naming “de diez”.

Tipos de Naming

Descriptivo. Son nombres que describen brevemente o con obviedad cuál es el producto, el servicio o lo que hacemos y quiénes somos. Facilitan el posicionamiento online y ayudan a su comercialización en puntos de venta. Por ello, suelen ser un gran acierto cuando el producto es de baja implicación, es decir, artículos cuya decisión de compra es relativamente sencilla y sin que requiera complejos análisis, tales como: “Post It”, “Pizza Hut”, “American Airlines”, etc. Ahora que lo sabes, te toca mencionar uno.

Abstracto. Generalmente no existe un vínculo directo entre el nombre y el servicio o producto que se ofrece, pero podría existir una relación más conceptual. Usualmente son nombres que tienen una historia detrás por parte del dueño o los fundadores de la marca, por ende, el significado de este puede variar dependiendo de cada persona. El ejemplo perfecto es Apple, ¿vas a comprar un smartphone o manzanas?

Sugerente. Son nombres que no tienen una relación directa con la marca, el producto o el servicio, sino que invitan a la experiencia de compra o consumo del mismo. Por ejemplo:  Interjet o Virgin Mobile.

Acrónimo. Fue uno de los métodos más comunes debido a que utiliza siglas, dando como resultado un nombre basado en iniciales. Hoy en día está algo obsoleto, además de resultar bastante complicado conseguir que “suene bonito”, siendo necesario un mayor trabajo de vinculación entre la marca y el nombre. Algunos ejemplos son: H&M, IKEA, IBM, BBVA, ¿entendiste? ¡Pues eso!

Patronímico. Son nombres que hacen referencia a una persona importante para la marca, tal como el fundador, el dueño, el inventor o el “mero mero”. ¿Conocen a un tal Giorgio Armani? ¿Qué me dicen de Carolina Herrera?

Toponímico. Y ahora…¿nombres de topos? ¡Para nada! Son nombres que hacen referencia al lugar donde se fundó el negocio o la marca, o bien, de donde se extrae el producto, por ejemplo “Fiji”, una marca de agua extraída del manto acuífero Viti Levu en las Islas Fiji.

Consejos

1. Se recomienda que la selección del nombre no sea al azar, ya que puede jugarnos en contra el desconocer el significado de algunas palabras, sean en nuestro propio idioma o en uno diferente. 

2. Es un proceso creativo-analítico, por ello, debes darte un tiempo y hacer un listado de posibles nombres que te gustaría emplear, desde los más comunes y simples hasta algunos más complejos o conceptuales.

3. Busca nombres o palabras que sean únicas, atractivas y originales, pero no olvides que tienen que ser fáciles de escribir, leerse y pronunciarse. De la misma manera, tendrán que ser flexibles y abiertos. Puedes intentar con palabras cortas y positivas, evita la posibilidad de asociarlo con aspectos negativos.

4. Para que puedas liberar la mente y no te frustres en el intento, puedes buscar palabras en otros idiomas con base en libros, enciclopedias, traducciones literales, sin doble sentido o que resulten ofensivas para que te permitan crear una mezcla o simplemente una apropiación cultural.

5. Verifica con las autoridades de tu país o localidad si este es viable, es decir, si se encuentra o no registrado, ya que en muchas ocasiones hay nombres que ya están considerados dentro del mismo giro, y en ese caso, lamentamos decirte que no podrás usar el tuyo.


Existen un par más, pero no queremos que te confundas, ya habrá momento para una segunda parte. Recuerda que invertir en Naming es invertir en valor de marca, por eso es necesario un proceso adecuado que te lleve a aquel nombre idóneo, listo para transmitir una imagen mental potente en la mente de los consumidores.

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Jacob

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